Una pena haberme enterado recién ahora.

Vamos a contar una historia verídica. De ribetes que sobrepasan la envidia y el odio. Que van más allá de lo inclasificable.

Es la historia de un hombre que quiere ser alguien que nunca será y que lo único que hace desde hace 6 años es destilar su veneno hacia una persona que supo admirar, querer y respetar.

El mismo que tuvo que dejar de emplear estos verbos por subordinación, bronca y ansias de figurar. Quería ocupar el lugar. Ese lugar, esa silla. Esa pata de aquella mesa que más que una era dos.

Cuando ella se fue, no lo pudieron soportar e iniciaron una serie interminable de historias ficticias que sólo buscaban empañar el crecimiento de esa compañera que tanto idolatraban pero a la vez, muy por dentro, envidiaban.

"No, no la podemos dejar volar. No es una más..." era la frase recurrente que se escuchaba en los pasillos de la emisora platense.

Y así, iniciar la cadena interminable de ataques, ofensas, mentiras, injurias, calumnias y todo lo que nunca se vio en alguna pelea mediática de pesos pesados.

Y crecieron y formaron un mini monopolio de la extorsión y la amenaza. "Si no estás acá, te vamos a destruir y si vas con...ya sabés..."

Usan esas armas. Porque no saben usar otras. Son ignorantes del alma. Seres que se necesitan desde la hipocresía. No pueden dejarse aunque viven trampeándose mutuamente. Con quienes estarían? Qué amigos tendrían? Se necesitan. Se potencian. Pero cada vez son menos. En realidad son sólo dos. Los otros tienen miedo. Si salen de ese círculo, "son boleta".

Ella no. Y se bancó y se banca todo. Y después de mucho tiempo salió a contestar. Y muchos se sorprendieron.

"Tiene "huevos" esta mina", dijeron... Y muchos, la empezaron a respetar más.

Pero, ¿cómo seguir expandiendo el odio, la bronca, la envidia, la locura...?

No alcanzaba la televisón, la radio, la revista y la página y cuántas cosas más.. Había que reclutar. Y lentamente comenzaron a aparecer personajes nefastos. Esos que viven frente a una pantalla de tv y miran a la gente que tanto detestan. Esos que se esconden en anónimos y seudónimos, que entran en cuanta página encuentran para defenestrar, inventar y cuanta merda puedan tirar. Ni se molestan en cambiar la letra, la sintaxis, los adjetivos, ni nada. Quieren disimular pero no pueden.

Crean blogs, blogs y blogs. Y los cierran y abren otros y otros... Escriben comentarios y comentarios y recorren todo el día cada uno de los lugares de la web donde aparece el nombre de ella. Siempre con la misma consigna. Defenestrar, inventar, agredir e insultar con todos los calificativos más desagradables que existen... Intentando degradar hasta el hartazgo. Pobre. Triste. Lamentable. El fanatismo esquizofrénico. La patología incurable. La enfermedad del alma la llaman algunos...

Ellos se buscan. Y se encuentran. Se acercan, se compenetran y luego empiezan el trabajo sucio. De una simple carta a un simple llamado telefónico. De ahí a ofrecer el "servicio voluntario". Quieren ayudarlos en su causa. Quieren ayudarlos a destruir a ese personaje.

En internet son pocos. Bah...no pasan de dos o tres... Reproducidos en centenas por sus "otros" nombres de fantasía. Sus otros "nombres" de guerra...

Lo que ellos no saben es, que forman parte de una investigación que se inició allá por octubre de 2007. Una causa que involucro a conocidos personajes mediáticos en un caso de violación a la intimidad. Profesionales del medio periodístico que se transformaron en delincuentes y se infiltraron en la correspondencia electrónica de famosísimas figuras del medio.

"Hackeo" o "crackeo" son los motes que se utilizan en la jerga del medio. Se intentó de todas maneras tapar todo. Hacerse las víctimas. Culpar a gente incorrecta. De victimarios a víctimas...

Gastaron fortunas. Pero se entusiasmaron y se equivocaron. Hasta inventaron un blog para postear lo "robado". Crearon a un supuesto "vengador".

Hasta se "espiaron" mutuamente. Obvio, no confían ni en ellos mismos... Pero les duró poco. Se metieron con duros de la política y fueron cercados.

De ese delito surgieron cómplices.
Y allí aparecen ellas. (...)

Ella tiene más de 30 años y está casada. No tiene hijos. Trabajó en una importante heladería. Conoce algo de informática y tiene todo el tiempo del mundo para dedicarle a la pantalla y al teclado de su computadora y así pasearse por cuanto blog encuentre y allí volcar sus desagradables comentarios.

Todo bajo la atenta mirada de su "padrino" webístico. Ya sabemos de quién estamos hablando... No de ése, del otro...(...)