El pez por la boca muere...

"No los sigas ni los bloquees, pero te avisamos x las dudas. De todos modos, la historia de Sandra la conocen todos los de Intrusos" Miguelcontte

jueves, 6 de enero de 2011

Los Reyes Magos me trajeron de vuelta


Siempre me gustó estudiar a Gustavo Le Bon por tratarse de un psicólogo que nunca intentó ser políticamente correcto... quitando las discrepancias en aspectos de género y principalmente ideológicos.
A pesar de que en el blog pruebo escuchar todas las campanas e incluso evaluar si existe algún fragmento que pueda estar en lo cierto (en esencia) de algunos mensajes bizarros y trolls que me escriben, este autor hipotetizando su manejo de un espacio virtual, sería sin duda alguien más tajante y quien no reconocería grises a la hora de transmitir la defensa de sus argumentos. Una de las obras que no me canso de leer, trata sobre la psicología de las multitudes, aplicable a varios contextos de despersonalización, en donde las decisiones que mueven a un grupo importante de individuos, se encuentran en una “mente” formada de impulsos, residuos, acciones irracionales, etc, que nacen y se manifiestan en ellos, a modo de terminar aplicadas en conductas que maquinan “caminos” emergentes en las muchedumbres.

Es aplicable por ejemplo en los ciudadanos que proclamándose apolíticos finalmente terminan apoyando un régimen fascista, por contener quien sabe cuáles características específicas que sellan distintos vacíos de pertenencia, y de figuras autoritarias que han carecido (en distintos grados) en las sucesivas etapas de su vida.
Coincido mucho con este autor con respecto a su desconfianza y crítica negativa dada a lo largo de su obra a las multitudes, a las personas sin objetivos claros que son arrastradas por circunstancias e interacciones que van moviéndolas e incitándolas, a la reproducción de opiniones sin fundamento, a la creencia de que el sujeto está participando con sus acciones como miembro de una anarquía con cierta organización.

Bajándolo un poco más a tierra, este pensamiento es compatible con algunos hechos puntuales de los blogs, en el caso de aquellos usuarios que hacen del insulto una vía, y se descargan a diario en los portales, páginas, redes sociales, en definitiva, todo lo que encuentren en su camino. Quedándome específicamente con los blogs, he notado y sigo notando la influencia en los motivos y objetivos que impulsan acciones como la continua descalificación, la respuesta violenta con otros comentaristas, el fichar personas por su opinión para amenazarla por cuanto blog decida opinar, pero más aún, la autorización furtiva para que esto suceda en los espacios, por parte de los responsables en “mantener el orden” y administrar el lugar donde se desarrolla el intercambio.

¿En dónde quedó la capacidad de aceptar las críticas?, ¿De dar la razón cuando algo lo amerita? O Simplemente, poner un freno cuándo hay mensajes que claramente tienen un desborde de agresividad hacia los lectores? Sabemos que virtualmente, una misma persona puede ser su propia muchedumbre desde el uso de múltiples nicks, desde el loggeo que copie la identificación de otros usuarios, desde el robo de identidad, etc. Por supuesto que no es una tarea que realizaría alguien en sus cabales, pero hay personajes ya reconocidos que sí lo llevan a cabo.

Y la muchedumbre que también tiene una representación en los blogs, a través de comentaristas (y administradores) específicos que buscan censurar opiniones contrarias, son parte de una muestra estadística (especialmente negativa) de los problemas que refleja la sociedad. ¿Qué tanto uno se involucra o dedica parte de su tiempo a escribir en una bitácora? ¿Buscando qué?

En este camino recorrido, me alegra haber podido responder a algunas de las preguntas planteadas, haber trabajado en conjunto, y en otros casos, agachar la cabeza cuando fuera necesario, pero siempre buscando generar un ámbito cómodo y tal vez alternativo de mostrar acontecimientos no tan evidentes que tienen lugar en los blogs.
Acontecimientos que a veces atentan contra la participación y la discusión provechosa, y que me llevan a intentar desenterrar acciones más “primitivas” en los individuos, partiendo de la base del anonimato y de la no existencia de filtros tangibles en lo que cada uno de nosotros puede llegar a decir en la red. Porque en definitiva, somos consecuencia de nuestras vivencias, de la forma en que las asumimos/nos influyen, pero también en cómo logramos una conexión entre las mismas.

Como se hizo bastante larga esta introducción, el siguiente post tendrá algunas citas del autor mencionado al principio, las cuales servirán como ejemplo de lo que hemos hablado y además, porque expresan muchos de los pensamientos personales contenidos en este espacio.