El pez por la boca muere...

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lunes, 18 de abril de 2011

Pautas de matrimonio.


Las normas culturales, al igual que las leyes, definen qué individuos son aptos o no aptos para el matrimonio. Algunas normas maritales proponen la endogamia: el matrimonio entre personas de la misma categoría social. La endogamia determina que el matrimonio se contraiga entre personas de la misma edad, raza, religión, o clase social.

Por contraste, la exogamia exige que el matrimonio tenga lugar entre personas de distintas categorías sociales. Por ejemplo, en la India rural se espera que la gente joven se case con personas de la misma casta (endogamia), pero de distinta localidad (exogamia).

En las sociedades de todo el mundo se presiona a la gente para que contraiga matrimonio con alguien de su mismo status social pero de distinto sexo. La lógica que rige la endogamia es simple: las personas de la misma posición social transmiten a sus descendientes su modo de vida y sus puntos de vista, lo que refuerza las divisiones sociales tradicionales.

Por el contrario, la exogamia ayuda a forjar alianzas entre individuos diversos y promueve la difusión cultural.

En las sociedades industriales actuales, las leyes imponen la monogamia: una forma de matrimonio que une a dos personas. Sin embargo, las altas tasas de separación, divorcio y segundos matrimonios en algunos países industriales sugieren que la monogamia en serie constituye una mejor descripción de lo que está sucediendo.

Si bien la monogamia es la norma en Europa y América, en muchas sociedades preindustriales especialmente África y el sur de Asia, es legal la poligamia: una forma de matrimonio entre tres o más personas. Una forma extendida de poligamia es la poliginia, un tipo de matrimonio que une a un hombre con dos o más mujeres. Por ejemplo, las sociedades islámicas de África y del sur de Asia permiten a los hombres tener hasta 4 esposas. No obstante, en dichas sociedades la mayor parte de las familias son monógamas, puesto que pocos hombres tienen la riqueza necesaria para mantener a varias mujeres y a los correspondientes hijos.

La poliandria por el contrario, es un tipo de matrimonio que une a una mujer con dos o más hombres. Esta pauta aparece por ejemplo en el Tíbet, donde la agricultura resulta muy difícil; allí, la poliandria desincentiva la división de la tierra en parcelas demasiado pequeñas para el sustento de una familia, y reparte el trabajo agrícola entre los esposos que constituyen el núcleo familiar.

Históricamente, la mayor parte de las sociedades han permitido más de una pauta matrimonial; y en la actualidad, la mayoría de los matrimonios son monógamos (Murdock, 1995; orig.1949). Esta preferencia cultural por la monogamia refleja, de un lado, la carga económica que supone mantener a varias parejas (con los correspondientes hijos) y, de otro lado, la paridad numérica de ambos sexos, factores ambos que limitan la posibilidad de la poligamia.

Fuente consultada: John Macionis

1 comentario:

Anónimo dijo...

El matrimonio es como una naranja, diría Homero Simpson