Algunos chascos parapsicológicos

- Tras el éxito televisivo de Uri Geller, el mago James Randi llamó al joven israelí a un programa de televisión de máxima audiencia. No sólo demostró que él podría repetir cualquier truco de Geller, sino que hizo que el supuesto físico fallara en todas las pruebas. Al cambiar los instrumentos de trabajo de Geller, este no pudo doblar ni una sola cuchara. La fama de Uri cayó en picada desde entonces.

- Uno de los más afamados telepredicadores de EEUU, Peter Popoff, aseguraba conocer, mediante telepatía con Dios, el nombre y las enfermedades de personas de su audiencia elegidas al azar. En 1986 se demostró que utilizaba un pequeño transistor conectado con su mujer, que había interrogado previamente a la audiencia y elegía las víctimas de Popoff. El predicador se arruinó.

- En 1993, los ufólogos españoles Manuel Carballal y José Luis Altamirano anunciaron unas experiencias de percepción dermo-óptica con niños que podían leer con los ojos vendados. Entre los niños que participaron en las pruebas había un ciego. Después de 4 días de supuesto entrenamiento, el niño tuvo que dejar la experiencia, ya que no obtuvo resultados satisfactorios. Los niños que sí veían aprendieron a “leer revistas a través de la piel”. En realidad, utilizaban el conocido método de visualización nasal que usan los prestidigitadores en sus espectáculos. Consiste en forzar el vendaje de manera solapada para abrir una rendija a la altura de la nariz.

- B.F Skinner, padre del conductismo, demostró que podía inducir supersticiones a los pingüinos. Les daba comida aleatoriamente y las aves comenzaban a repetir lo que estaban haciendo en ese momento, a la espera de recibir de nuevo su alimento. Ése es el mecanismo animal que actúa en las supersticiones humanas. Muy poco paranormal, ¿no creen?

Fuente consultada: revista “Muy Interesante”, número 117