La historia que sigue a continuación es ficticia, pero bien demuestra como “un día normal” de cada individuo termina registrado en distintos sistemas de vigilancia. El ejemplo es pensado en Inglaterra, aunque este hecho no quita que sea parte de nuestra cotidianeidad dentro de algunos años. Otras profesiones en cambio (levanto la mano diciendo “presente”) sí cuentan con circuitos de vigilancia como los que siguen a continuación.
“El día para Thomas Kearn empieza como de costumbre. A las siete y cuarto de la mañana, los sonidos del programa de Radio 4 de la BBC provenientes de su radio despertador, penetran en su conciencia adormilada. Se levanta deprisa, se ducha y se viste con su mejor traje. Su hijo de diez años y su hija de cuatro ya están bañados y vestidos cuando se reúne con ellos para el desayuno. A las ocho y cuarto le da un beso de despedida a su esposa y cierra la puerta de su piso tras él y, acompañado por sus hijos, emprende el camino a la escuela y la guardería, donde los dejará antes de comenzar otro día laboral.
Caminan hacia el ascensor por los pasillos de hormigón y sus imágenes son captadas por el sistema de video vigilancia, instalado por la administración local con la intención de identificar a aquellos vecinos que estén traficando drogas desde sus domicilios (1). Mientras esperan el ascensor, su presencia es grabada por el sistema de video-cámara del portero, doce pisos más abajo. Su descenso es también registrado porque hay una cámara dentro del ascensor, y su previsible rutina cotidiana es conservada en video durante 28 días, o más si es necesario (2).
Mientras camina del vestíbulo de su edificio hasta su coche, el portero graba su salida (3). Thomas conduce desde su urbanización hasta la carretera, y aunque es vagamente consciente de la pantalla que dice: “reduzca su velocidad, videocámaras en funcionamiento”, conduce a 5km más por hora que el límite permitido, y activa las cámaras automáticas de vigilancia de velocidad (4).
Para las ocho y media de la mañana ha dejado a su hija en su guardería que está vigilada por un circuito cerrado de televisión (5) y se dirige hacia el colegio de su hijo.
Se detiene en el semáforo en rojo, lo cual está bien, porque de haberse saltado el semáforo, se hubiera captado la imagen para ser utilizado como evidencia en una acción judicial en su contra (6). Mientras los dos esperan en el patio a que toquen el timbre que señala el comienzo del día escolar, son grabados por una cámara secreta escondida en el edificio de enfrente colocada allí para vigilar el patio por si alguien intenta vender drogas (7). Su beso de despedida también es captado por el sistema interno de circuito cerrado de televisión, que registra todas las entradas y salidas del colegio (8).
Al percatarse de que su depósito de gasolina está casi vacío, conduce hasta la gasolinera y llena el depósito. Sabe muy bien que su imagen está siendo grabada, ya que hay un letrero grande que reza: “estas instalaciones están bajo vigilancia las 24hs” (9). Abandona la gasolinera y se acerca a la estación de tren. Su ubicación es registrada en una de las cuatro cámaras de la estación que vigilan el cruce, específicamente para cerciorarse de que la intersección de la carretera y las vías, esté libre del tráfico al cruzar el tren (10).
Unos minutos más tarde, estaciona el coche enfrente de la estación, bajo el ojo avizor de otro par de cámaras (11). Como de costumbre, Thomas compra un periódico en el quiosco, y es grabado por las cámaras de seguridad de la tienda. Nadie está vigilando las imágenes de las dos cámaras, pero estas son grabadas en una videograbadora múltiplex que registra imágenes en una sola cinta y permite la revisión de cualquier incidencia si fuera necesario (12). Antes de comprar su billete, hace una llamada telefónica desde la cabina pública que está enfrente de la estación para recordarle a su esposa que llegará tarde a casa. No es consciente que su imagen está siendo grabada por una cámara instalada por la empresa telefónica británica, en su intento de aprehender a los delincuentes que intentan destrozar las cabinas o hacer llamadas falsas a los servicios de emergencias (13).
Después de hacer su llamada, compra su billete, camina hacia el andén y espera, todo lo cual ha sido registrado y grabado por las 32 cámaras en funcionamiento en la estación (14). Cuando llega a su destino, camina la corta distancia a su despacho y sonríe a la cámara de vigilancia en el recibidor (15). Sin embargo mientras camina hacia su despacho no es consciente de que sus movimientos están siendo registrados por un número de cámaras secretas escondidas dentro de los detectores de humo (16)".
Caminan hacia el ascensor por los pasillos de hormigón y sus imágenes son captadas por el sistema de video vigilancia, instalado por la administración local con la intención de identificar a aquellos vecinos que estén traficando drogas desde sus domicilios (1). Mientras esperan el ascensor, su presencia es grabada por el sistema de video-cámara del portero, doce pisos más abajo. Su descenso es también registrado porque hay una cámara dentro del ascensor, y su previsible rutina cotidiana es conservada en video durante 28 días, o más si es necesario (2).
Mientras camina del vestíbulo de su edificio hasta su coche, el portero graba su salida (3). Thomas conduce desde su urbanización hasta la carretera, y aunque es vagamente consciente de la pantalla que dice: “reduzca su velocidad, videocámaras en funcionamiento”, conduce a 5km más por hora que el límite permitido, y activa las cámaras automáticas de vigilancia de velocidad (4).
Para las ocho y media de la mañana ha dejado a su hija en su guardería que está vigilada por un circuito cerrado de televisión (5) y se dirige hacia el colegio de su hijo.
Se detiene en el semáforo en rojo, lo cual está bien, porque de haberse saltado el semáforo, se hubiera captado la imagen para ser utilizado como evidencia en una acción judicial en su contra (6). Mientras los dos esperan en el patio a que toquen el timbre que señala el comienzo del día escolar, son grabados por una cámara secreta escondida en el edificio de enfrente colocada allí para vigilar el patio por si alguien intenta vender drogas (7). Su beso de despedida también es captado por el sistema interno de circuito cerrado de televisión, que registra todas las entradas y salidas del colegio (8).
Al percatarse de que su depósito de gasolina está casi vacío, conduce hasta la gasolinera y llena el depósito. Sabe muy bien que su imagen está siendo grabada, ya que hay un letrero grande que reza: “estas instalaciones están bajo vigilancia las 24hs” (9). Abandona la gasolinera y se acerca a la estación de tren. Su ubicación es registrada en una de las cuatro cámaras de la estación que vigilan el cruce, específicamente para cerciorarse de que la intersección de la carretera y las vías, esté libre del tráfico al cruzar el tren (10).
Unos minutos más tarde, estaciona el coche enfrente de la estación, bajo el ojo avizor de otro par de cámaras (11). Como de costumbre, Thomas compra un periódico en el quiosco, y es grabado por las cámaras de seguridad de la tienda. Nadie está vigilando las imágenes de las dos cámaras, pero estas son grabadas en una videograbadora múltiplex que registra imágenes en una sola cinta y permite la revisión de cualquier incidencia si fuera necesario (12). Antes de comprar su billete, hace una llamada telefónica desde la cabina pública que está enfrente de la estación para recordarle a su esposa que llegará tarde a casa. No es consciente que su imagen está siendo grabada por una cámara instalada por la empresa telefónica británica, en su intento de aprehender a los delincuentes que intentan destrozar las cabinas o hacer llamadas falsas a los servicios de emergencias (13).
Después de hacer su llamada, compra su billete, camina hacia el andén y espera, todo lo cual ha sido registrado y grabado por las 32 cámaras en funcionamiento en la estación (14). Cuando llega a su destino, camina la corta distancia a su despacho y sonríe a la cámara de vigilancia en el recibidor (15). Sin embargo mientras camina hacia su despacho no es consciente de que sus movimientos están siendo registrados por un número de cámaras secretas escondidas dentro de los detectores de humo (16)".
El relato continúa y nos lleva a reflexionar sobre la vigilancia residencial, escolar, policial, de tráfico, telefónica, de cajeros automáticos, de estaciones de tren, de tiendas y establecimientos comerciales, de hospitales, de estadios de fútbol…
Relato leído en: John Maciones y Ken Plummer.
Además, ¿es un buen método para vigilar los hechos de inseguridad? ¿Resulta efectivo para combatirla?
Relato leído en: John Maciones y Ken Plummer.
7 comentarios:
Desde todas las épocas ha habido un decidido vaciamiento por parte de quienes nos gobiernan en la justicia, convirtiéndola en ineficiente por no decir inútil. Esto genera terreno fértil para la corrupción y la proliferación del delito. Nos equivocamos al votar y al no reclamar con firmeza a quienes fueron elegidos. En una palabra, somos cómplices por inacción.
No solo cámaras, también micrófonos e ips.
Uy, las doñas malco demonizaron a Silvia Dauro. Claro! Como no saberlo! Ahora es el demonio que corrompió al pobre y santo del Tio George, y deben hacer una cruzada en su contra por todos los blogs!. Están de la cabeza, pobres personitas sin vida propia.
Cuando en una conversación se habla de la violencia el silencio es absoluto. Este problema proviene de muchos fenómenos como el desempleo y las crisis entre otros. Se ha originado un círculo consecutivo que va de la negación de la existencia de los robos, secuestros y demás por parte de las autoridades y por parte de los ciudadanos de forma distinta que va hacia el miedo de ser víctima.
Las autoridades deben ser responsables de todo lo que les corresponde en nuestro país, pero a la vez los ciudadanos somos responsables de permitir lo que no queremos, nosotros debemos de exigir lo que necesitemos, pues para eso está "supuestamente" el gobierno. Si el gobierno no se encarga de sus asuntos entonces la culpa de alguna forma recae en el pueblo porque es el que no debe permitir la situación y es quien debe de poner un límite
El hecho de ser útil a la sociedad, genera valores, y conciencia social, eso es lo que se necesita en nuestro país, restaurar los valores.
Por otro lado, a los chicos de la calle, y a los que están a expensas del "paco", tratar de captarlos en lugares donde puedan acercarse y que tengan garantizado al menos un plato de comida. Que ahí puedan asistir voluntariamente practicar deportes, estudiar y luego también, que planifiquen obras de ayuda comunitaria. Que sientan que el Estado no se olvida de ellos. Que sientan que le importan a la sociedad. Que el resentimiento no tenga tiempo ni oportunidad de instalarse en ellos...Esas son en principio las medidas de prevención y las de corto plazo para los que ya han delinquido, que se me ocurren.
Los que se quejan de inseguridad, piden pena de muerte, repudian cortes de ruta, exigen represión, etc, son los que nunca pasaron necesidades, nunca tuvieron hambre ni frío.
A la gente que está en situación de calle muerta de frío, son los trabajadores y obreros los que reciben ayuda, con algo caliente y comida para aliviarse. Preguntale a Susana Anchorena de Álzaga de Barrio Norte si haría una acción solidaria semejante. No. Lo soluciona con un "pobre gente"
Ya viene El Gran Hermano !! y se viene con todo.
Avísenle a Orwell
Publicar un comentario