Kiko da Silva |
Quien más y quien menos ha visto, en algún
momento de su vida, como sus expectativas hacia los Reyes Magos se
frustraban. Sin embargo, pocos habrán padecido la decepción que sufrió
hace unos días un pontevedrés al abrir un paquete que anhelaba con
ilusión.
Días antes, según trascendió ayer, había dado los pasos precisos para adquirir un alargador de pene. La compra no la realizó directamente en un establecimiento comercial, por así decirlo, físico sino que confió en una página web de las muchas que proliferan por la red de redes.
Un buen día, lo que creía que era el alargador llegó a su poder. Sin embargo, sus ilusiones se cayeron por los suelos nada más abrir el paquete y encontrarse con que el remitente le había enviado una vulgar lupa.
Fue el 6 de enero, día de Reyes, cuando el pontevedrés se personó en la Comisaría Provincial. Su intención inicial fue la de interponer una denuncia al entender que estaba siendo víctima de una estafa telemática, extremo que comunicó a los agentes que se encontraban de servicio. Sin embargo, según trascendió ayer, una vez en la sede policial de Joaquín Costa debió pensárselo dos veces, ya que desistió y decidió volverse por donde había venido.
«Técnicamente sería discutible hablar de una estafa porque agrandar, lo que se dice agrandar, es lo que, a fin de cuentas, hace una lupa», reseñó con ironía un funcionario de la Comisaría.
Otras fuentes, no obstante, precisaron que este tipo de conductas se encuadra en una modalidad de fraude que ha experimentado en los últimos tiempos una cierta expansión. Consiste en la compra de toda clase de artículos por Internet donde se exige el pago previo del importe en una cuenta bancaria abierta, en ocasiones, con una identidad falsa. Una vez recibido el dinero, el vendedor suele desaparecer y con él las webs donde ofertaba los productos.
La voz de Galicia
Días antes, según trascendió ayer, había dado los pasos precisos para adquirir un alargador de pene. La compra no la realizó directamente en un establecimiento comercial, por así decirlo, físico sino que confió en una página web de las muchas que proliferan por la red de redes.
Un buen día, lo que creía que era el alargador llegó a su poder. Sin embargo, sus ilusiones se cayeron por los suelos nada más abrir el paquete y encontrarse con que el remitente le había enviado una vulgar lupa.
Fue el 6 de enero, día de Reyes, cuando el pontevedrés se personó en la Comisaría Provincial. Su intención inicial fue la de interponer una denuncia al entender que estaba siendo víctima de una estafa telemática, extremo que comunicó a los agentes que se encontraban de servicio. Sin embargo, según trascendió ayer, una vez en la sede policial de Joaquín Costa debió pensárselo dos veces, ya que desistió y decidió volverse por donde había venido.
«Técnicamente sería discutible hablar de una estafa porque agrandar, lo que se dice agrandar, es lo que, a fin de cuentas, hace una lupa», reseñó con ironía un funcionario de la Comisaría.
Otras fuentes, no obstante, precisaron que este tipo de conductas se encuadra en una modalidad de fraude que ha experimentado en los últimos tiempos una cierta expansión. Consiste en la compra de toda clase de artículos por Internet donde se exige el pago previo del importe en una cuenta bancaria abierta, en ocasiones, con una identidad falsa. Una vez recibido el dinero, el vendedor suele desaparecer y con él las webs donde ofertaba los productos.
La voz de Galicia
3 comentarios:
Tiene razón el funcionario de la comisaría :P
Es una vanidad masculina el tener esa parte del cuerpo más grande que los demás, lo que no muchos saben es que un tamaño más grande de lo normal a veces las mujeres no quieren porque el tamaño les molesta; es mejor uno standard pero saber trabajarlo bien
y bueno un hombre debe bancársela hasta el final con lo que es y con lo que tiene, y me incluyo!
Publicar un comentario