Por un lado, es común encontrar que muchos hombres fantasean con el ideal de sumisión que representa la mujer oriental, hasta idealizan sus rasgos físicos (más aún con la globalización del manga) pero muy por el contrario, los asiáticos están obsesionados con el rostro occidental, al punto de que hacen todo lo que está a su alcance -y más- para transformar la forma de sus ojos.
Desde importantes manipulaciones con el photoshop para salir en las páginas de internet (que refuerzan con horas de producción y maquillaje) hasta el más extremo como lo es la cirugía estética.
Hay una “idolatría” hacia el rostro occidental y un fuerte rechazo hacia sus ojos rasgados. Y no tienen problema en admitirlo. Basta con recorrer algún fotolog para advertir todo el maquillaje que utilizan para “corregir” sus ojos y tratar de que se parezcan a los nuestros. Ponen fotos del “antes y después” para que el público pueda apreciar el cambio.
Utilizan también lentes de contacto que agrandan las pupilas y pintan los ojos para lograr un efecto ovalado. Además, adquieren un pegamento muy demandado en el mercado, que colocan en sus párpados.
En Corea del Sur, las calles de la capital están repletas de clínicas de lujo que prometen “agrandar los ojos”. Algunos de estos edificios superan los 10 pisos y las operaciones pueden llegar a costar 4000us$. Todo sea por conseguir el “pliegue caucásico” que los occidentales tenemos sobre los ojos, característico de nuestra herencia genética.
Según afirman muchas asiáticas, poseer un rostro con mayor volumen, les levanta el autoestima, las diferencia del resto de la sociedad y puede ayudarles a conseguir un mejor trabajo.
Si no tienen el suficiente dinero para pagarse una cirugía, pueden adquirir el “Kit” diseñado para modificar los ojos que además de contener el pegamento, trae un aplicador de plástico y un limpiador facial. Con el aplicador de plástico, empujan el globo ocular hacia atrás y fuerzan la aparición del párpado…
En el caso hipotético de que la moda siga en pie y la mayoría de la población se opere, no me extrañaría que se produzca el efecto inverso: que en un futuro los asiáticos hagan todo lo posible por recuperar sus rasgos característicos, ya que al ser minoritaria la población con esta particularidad, se volvería por el contrario la más codiciada.
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