El pez por la boca muere...

"No los sigas ni los bloquees, pero te avisamos x las dudas. De todos modos, la historia de Sandra la conocen todos los de Intrusos" Miguelcontte

miércoles, 22 de febrero de 2012

Lluvia de corazones! ¿Ah, no? Entonces, lluvia de satélites!


La basura espacial cae sobre la Tierra todos los días, pero la NASA dice que no hay nada de qué preocuparnos. Recientemente, dos satélites han caído en un periodo de un mes, aproximadamente. ¿Eso es normal?

Hay una cantidad brutal de basura humana orbitando el planeta, y esta no va a quedarse ahí para siempre. Tiene dos caminos: Caer a tierra o alejarse de nosotros hasta que abandone el campo gravitacional de la Tierra, pero al parecer lo más probable es que se produzca el primer fenómeno. Incluso, así se ha planeado. Es una forma de evitar las colisiones en esa parte de nuestro espacio cada vez más poblado.

El único problema es que la agencias espaciales no tienen manera de predecir, y mucho menos de controlar, el lugar donde impactarán estos desechos que, si mal nos va, terminarán matando a alguien, o a muchos, dependiendo el lugar donde impacten.

En septiembre del 2011, el satélite UARS cayó sobre el pacífico sur y un mes después, el satélite alemán ROSAT lo siguió, cayendo en la bahía de Bengala. No hubo víctimas, pero pudo haberlas, y la cosa no va a terminar ahí, sino que esto sucederá cada vez con mayor frecuencia, cuando la enorme cantidad de satélites que circundan nuestro planeta deje de ser útil y pierda la capacidad de mantenerse en órbita.

La NASA y otras agencias espaciales se defienden diciendo que las probabilidades de que un satélite cayendo del cielo tiene poca probabilidades de provocar daños significativos, principalmente porque la mayor parte de la Tierra es agua y porque buena parte de la Tierra está poco poblada, pero nunca podremos estar seguros de que las cosas saldrán bien. Dos de los objetos más grandes cuya caída al planeta está programada para los años venideros son el Telescopio Espacial Hubble y la Estación Espacial Internacional, y no se trata de objetos pequeños, precisamente.

Y aunque las probabilidades hasta ahora han estado del lado de las agencias espaciales, nada nos garantiza que un día las cosas se saldrán de control y alguien salga herido o muerto.

¿Tendremos que acostumbrarnos a vivir mirando hacia el cielo para evitar que nos caiga un trozo de satélite en la cabeza?

Fuente

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tan trágico como cómico. Víctimas de basura espacial que entra a la atmósfera. Seguramente haya más contaminación espacial de la que imaginamos... Nuestros hijos y nietos siempre pagan todo.

Anónimo dijo...

La basura espacial puede ser un problema difícil de explicar a los políticos y al público en general. Aunque el riesgo general a día de hoy puede considerarse bajo, si los países que realizan viajes espaciales no modifican sus prácticas que generan basura espacial, el futuro para el vuelo espacial cercano a la Tierra podría ser muy negro. Con una creciente nube de etapas de lanzamiento desprendidas, satélites muertos, fragmentos resultantes de la explosión de naves y cohetes, y cada vez más fragmentos de colisiones, creando una amenaza demasiado peligrosa para el vuelo espacial dentro de medio siglo.

Anónimo dijo...

Lo peor de todo son los millones y millones que se gastan en las investigaciones. Muchas cosas de mayor utilidad y urgencia se podrían haber hecho con ese dinero, no?

Anónimo dijo...

Ha habido casos de desperdicios lo suficientemente grandes como para no quemarse por completo en la atmósfera y golpear la superficie, pero son casos muy excepcionales. Se trata de artefactos realmente inusuales y grandes, como lo fue el de la estación espacial Skylab cuyos restos alcanzaron zonas del Océano Índico y de Australia (donde el gobierno local multó a los EE UU por arrojar basura en suelo público).