El pez por la boca muere...

"No los sigas ni los bloquees, pero te avisamos x las dudas. De todos modos, la historia de Sandra la conocen todos los de Intrusos" Miguelcontte

martes, 5 de octubre de 2010

Mensajes subliminales


Se denomina percepción subliminal a la captación de un estímulo que, por diversas circunstancias, como baja intensidad, falta de atención o breve duración del mismo, no alcanza la representación consciente y, sin embargo, determina la conducta de la persona al margen de su voluntad consciente. El nombre de percepción subliminal, atendiendo al significado de la palabra, alude solamente a la captación de estímulos por debajo del umbral sensorial mínimo y, por extensión a los que se hallan encima del umbral absoluto superior.

Todo mensaje que es transmitido en un nivel inferior a la percepción consciente es considerado subliminal, sea éste auditivo o visual. Podemos señalar tres tipos de estímulos subliminales: 1) Los visuales: palabras o dibujos camuflados en un anuncio publicitario, una película... 2) Los auditivos: mensajes de baja intensidad que se esconden tras algún tipo de música o sonido 3) Los visuales de corta duración (milésimas de segundo).
Una de las técnicas más utilizadas en la percepción subliminal es la de pasar de una forma rápida una serie de imágenes, una tras otra, con escaso margen para registrarlas en la mente. A veces a se aplica de forma tan rápida que apenas es posible captar conscientemente el mensaje.
Otra técnica es el uso de ciertos sonidos que pueden impactar en la mente y pueden estimular los recuerdos y hacer que se asocien ideas determinadas a esa música.


Nuestras emociones pueden ser utilizadas para provocar un deseo de respuesta. Estudio tras estudio muestran marcadas controversias en cuanto a la eficacia de lo subliminal. Por un lado, se nos dan estadísticas y porcentajes que demuestran la efectividad de la publicidad subliminal y por el otro, se nos habla de investigaciones de carácter experimental que demuestran lo poco efectivo de esos mensajes. La gran utilización de estímulos subliminales es innegable, pero ¿realmente producen algún efecto? ¿Podemos ser manipulados por este tipo de estimulación subliminal? Para contestar a estas preguntas debemos, en primer lugar, diferenciar entre clases de estímulo subliminal puesto que podría ser que unos fueran eficaces mientras otros no produjeran efecto alguno.

En la Unidad de Psicología Básica de la Universitat Autònoma de Barcelona se han realizado algunos estudios para comprobar si los estímulos subliminales tienen influencia sobre la percepción consciente. Uno de ellos consistió en enseñar a un grupo de 30 estudiantes mediante una pantalla de ordenador un dibujo ambiguo en el que normalmente algunas personas observan un conejo y otras un pelícano. A todos los participantes se les enseñó el mismo dibujo; sin embargo, a la mitad de ellos, inmediatamente antes del dibujo, se les presentó un dibujo subliminal de un conejo mientras en la otra mitad el dibujo representaba a un pelícano. Los resultados fueron claros: entre los sujetos que se les mostró de forma subliminal un conejo, el 60% dijo ver a ese animal en el dibujo ambiguo y entre los estudiantes a quienes se les presentó el pelícano, el 66% afirmó ver a ese animal.
Evidentemente, ningún estudiante fue consciente de la manipulación. Parece ser que los estímulos de corta duración no tienen solamente un efecto en la percepción consciente, sino también sobre las emociones.



Un estudio realizado en la Universidad de Miami (EE.UU.) lo muestra con claridad. En esta investigación tres grupos de sujetos debían visualizar una película donde había imágenes subliminales insertadas, que eran diferentes en los tres grupos.
Estas podían ser emocionalmente neutras, desagradables (accidentes sangrientos, monstruos, etc.) o agradables (Bugs Bunny, Mickey Mouse o similares). Una vez visualizada la película se distribuyeron cuestionarios de ansiedad a los tres grupos. El que puntuó más alto en estos cuestionarios, o sea, el más ansioso, fue el que estuvo expuesto a imágenes subliminales desagradables, seguido por el grupo de imágenes neutras y el más tranquilo fue el expuesto a imágenes positivas. Esta investigación, junto a muchas otras, parece mostrar que estos estímulos de corta duración sí parecen tener un efecto sobre las emociones.
Ahora bien, la mayoría de las personas reacciona emocionalmente, sin usar la lógica o el pensamiento consciente para racionalizar un mensaje.
Los mensajes que penetran directamente en el subconsciente poseen un efecto más fuerte que los que son presentados al consciente. Pongamos al lector en la vía pública y lo paramos frente a un gran letrero en la vidriera de una tienda comercial que dice "compre". El lector puede usar el pensamiento racional y resistir aquella sugerencia. Sabemos que tal instrucción vino del "exterior", y que nosotros tenemos la opción de seguirla o no. En el caso de un mensaje subliminal, el comando penetra directamente en su subconsciente. En este caso, pensamos que el impulso de comprar, o de hacer lo que el mensaje ordena, viene de nuestro interior: lo queremos.
Siempre somos más resistentes a las órdenes o instrucciones que nos llegan del exterior que a las que nacen en nuestro interior. A fin de cuentas, pensamos que el deseo de comprar es voluntario, no inducido. Los mensajes subliminales actúan sobre el cerebro emocional de las personas y sus instintos básicos, pueden manipular la mente de una persona sin que tenga conciencia de ello, convirtiéndola en un robot.


En un principio, la sensación de que nadie podía evitar ser víctima de estos mensajes, dado que no era posible captarlos, generó un gran sentimiento de indefensión. No es de extrañar, pues, que se creara un profundo rechazo hacia todo lo subliminal y que se redactaran leyes para su prohibición. Esto no evitó en lo más mínimo la utilización de mensajes subliminales. Muy al contrario, empezaron a emplearse cada vez más, sobre todo con fines publicitarios, alarmando grandemente a la sociedad.

En el Instituto Pro Conciencia se piensa que estos estímulos deben tener algún efecto sobre el comportamiento humano pues es ilógico pensar que los encargados de mercadear un producto estén pagando por una forma de publicidad que no funciona y basados en esa premisa, se puede establecer una posición equilibrada: los mensajes subliminales no determinan el comportamiento del consumidor... pero lo pueden influenciar. Cuánto puedan influenciar va a depender de cada uno de nosotros: a mayor conciencia menor posibilidad de manipulación.


Fuente: http://usuarios.multimania.es/mensajessubliminales/paginas/mensajessubliminales.htm

5 comentarios:

Unknown dijo...

Con razón mis impulsos por comprar y consumir cosas!
Hablando en serio son unos hijos de puta
Hasta Terrabusi, porque si no como se explica la forma de las galletitas boca de dama

mariarosa dijo...

es muy interesante, en la publicidad se discute si son realmente efectivos los mensajes subliminales o sino lo son.algunos sostienen que mensajes subliminales insertados en ciertos mensajes pubicitarios inciden sobre la preferencia del consumidor, otros dicen que no necesariamente ocurre asì. o sea que un mensaje diseñado para pasar por debajo de los lìmites normales de la percepciòn, lo cierto es que nos rodean, la tv, la pubicidad,la mùsica, dibujos animados, la imagen, el cine...yo creo que sì existen, afectan tambièn la polìtica. buenos, uno se extiende pero no hay mucho que agregar a tu exposiciòn, saludos

Anónimo dijo...

También habría que evaluar por qué las imágenes que camuflan poses sexuales, son las más utilizadas. El consumismo como sinónimo de satisfacción?

Anónimo dijo...

Que loco es esto de los mensajes subliminales

Anónimo dijo...

Tengo entendido que las imágenes subliminales también se utilizan en las películas, más que nada las de terror para provocar una atmósfera de miedo que no necesariamente se desprenda de las captaciones conscientes.
En este caso, no lo veo ilegal. Lo que sí preocupa es la negación de las empresas que no admiten el uso de esta publicidad y niegan también los impactos que pueden generar en las emociones y en el poder de compra.